AMIGDALITIS; MÁS COMÚN DE LO QUE CREEMOS

Las amígdalas están conformadas por tejido linfoide el cual sirve como una defensa de los gérmenes que penetran en la boca con el alimento, con el aire que se respira, o con los objetos que se llevan a la boca.

Cuando están muy expuestas a la infecciones pueden inflamarse, aumentar de tamaño y, en ocasiones, se observan puntos de pus.  Es, en ese momento, cuando se habla de amigdalitis.

¿Cuáles son los síntomas de la amigdalitis?

Cuando una persona tiene amigdalitis, generalmente le duele la garganta y le cuesta comer, beber e incluso tragar. También puede tener fiebre, amígdalas más rojas de lo normal, una capa de secreciones amarillas o blancas recubriendo las amígdalas, voz extraña o nasal, ganglios linfáticos del cuello inflamados y mal aliento.

¿Cómo se trata la amigdalitis?

Si la amigdalitis está provocada por bacterias, el médico recetará antibióticos, un tipo de medicamento que mata las bacterias.

Si la amigdalitis está provocada por un virus, los antibióticos no surtirían efecto, pero el cuerpo luchará por sí solo contra la infección. A algunas personas tienen que (extraerles) las amígdalas, pero solo cuando se les infectan repetidamente en el curso de un año o cuando se les inflaman tanto que les dificulta la respiración por la noche.

Si usted sufre de amigdalitis, existen algunas recomendaciones que le pueden ayudar a sentirse mejor como lo son

  1. Beber abundante líquido.
  2. Comer alimentos blandos, incluyendo gelatina de sabores, sopas, entre otros.
  3. Evite los alimentos duros, crujientes o picantes.
  4. Guarde reposo
  5. Consuma alimentos que contengan vitamina C

Los niños son especialmente sensibles a esta dolencia, por eso es necesario prestar atención a los síntomas para recibir pronto tratamiento a esta infección.